Monday, October 31, 2005

Óscar Rodríguez Madariaga

“Los jóvenes ya no son vistos como un proyecto vital, sino como consumidores”


Arzobispo de Tegucigalpa, el Monseñor Rodríguez Madariaga fue recientemente nombrado Doctor Honoris Causa en la PUCP. Gran activista para lograr la condonación de la deuda externa de los países pobres y agudo crítico de la sociedad actual, fue un candidato de peso para suceder a Juan Pablo II como Sumo Pontífice.


¿Se ha tomado conciencia de la importancia que tendría el hecho de condonar la deuda externa de los países pobres?
En 1994 Juan Pablo II pidió la condonación o reducción sustancial de la deuda internacional. Siendo yo presidente del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), el Papa me encomendó la misión de generar conciencia sobre el tema. El Perú fue uno de los países que más participó en esta campaña Jubileo 2000 para reducir la deuda. En 1999 entregué 17 millones de firmas, de las cuales aproximadamente un millón fueron recogidas en el Perú, a los presidentes del G-7 (los países más industrializados del mundo) reunidos en la cumbre de Colonia. Allí ellos se comprometieron a reducir la deuda, pero no lo hicieron. Ahora, finalmente, en la cumbre de Green Eagles, en Escocia, se llegó a la meta que nos propusimos, pero sólo con 18 países, de los cuales 15 son africanos. Aún falta mucho por hacer.

Y el problema de la deuda externa tiene en jaque permanente a los países pobres desde hace décadas.
Los problemas mayores surgieron en 1982, año en el que por problemas financieros México se negó a pagar los intereses de la deuda. A partir de entonces los intereses se subieron unilateralmente. Deudas que habían sido contraídas al 6% de interés llegaron a tener hasta 20% de interés. La deuda se hizo inmanejable, ningún país pudo crecer.

Recién a finales de la década de 1990 se empezó una campaña sobre la deuda.
En 1990 se empezó a aplicar la receta del FMI, basada en ajustes estructurales que implicaron grandes sacrificios. Se subieron impuestos como el que aquí se llama el IGV, subió el costo
de servicios como la energía eléctrica, combustible, agua, teléfono. El impuesto a la renta, que debe gravar a los que más tienen, en cambio, se fue bajando. Si bien estos ajustes dieron
resultados macroeconómicos, perjudicaron a los sectores pobres.

¿Qué opina de los tratados de libre comercio que Estados Unidos está negociando con diversos países?
Nuestros gobernantes están presionados por las dificultades que tienen para participar en el mercado global. Por ejemplo, El Salvador, Guatemala y Honduras firmaron y ratificaron los tratados antes de que Estados Unidos los redactara. En cierto sentido, fuimos más católicos que el Papa. Todos hablan de los grandes beneficios de estos tratados, pero se dejan de lado aspectos negativos. Es cierto que no podemos quedar al margen del mundo globalizado, pero debemos tener un sentido crítico.

¿Cómo cambian las relaciones humanas con la globalización y la tecnología?
El problema es que vivimos en una sociedad economicista que insiste en la privatización. El colmo de la privatización es encerrarse en el egoísmo. La persona encerrada en sí misma pierde la identidad humana. Como personas, somos comunitarios. Tanto la dimensión individual como la comunitaria son indispensables para tener un equilibrio psicológico. Muchas de estas nuevas tecnologías de la comunicación cancelan la dimensión comunitaria, hasta en las celebraciones litúrgicas, que pueden verse por televisión.

¿Se ha perdido el interés por encontrar el sentido de la vida?
Creo que sí. La sociedad promueve una oferta de droga y consumismo. Los jóvenes, especialmente, ya no son vistos como un proyecto vital, sino como consumidores de todo tipo de bienes. La ideología del consumismo ya no ve a las personas como sujetos de dignidad, sino como consumidores potenciales o reales. Así, llenándonos de cosas, nos vacían del ser y nos llenan del tener.

¿La Iglesia se ha alejado de la gente?
Quien dice eso padece de ceguera. En los días que he estado en el Perú no he visto una Iglesia alejada de la gente, sino más bien una Iglesia en medio de la gente. Muchos tienden a equiparar la Iglesia con la jerarquía y esta es sólo una parte. La mayoría son los laicos, el pueblo de Dios.


Publicado en Punto.edu 28, año 1.

Sunday, October 30, 2005

Guillermo Dañino

“Siempre hay que dudar de la información que se da sobre China”

Doctor en literatura, hermano de las Escuelas Cristianas, sinólogo, traductor, actor de cine, profesor en universidades peruanas y chinas, Guillermo Dañino ha vivido más de un cuarto de siglo en China.


¿Qué tanto ha cambiado China desde su apertura al mercado internacional?
Es otro país. Yo enseñaba español a los profesores chinos. Cada familia vivía en un pequeño cuarto donde tenían las camas y una mesa que les servía de comedor y de apoyo para cualquier otra actividad. En el corredor tenían las cocinas y, al fondo, un baño común. Cuando yo llegué a China, en 1979, sentí que bajaba a una sociedad muy limitada. Ahora es al revés, ahora esos profesores tienen un departamento completo con sala, baño, cocina, tres dormitorios.

¿Cómo llegó a China?
Enseñaba semiótica en tres universidades: en la PUCP, la de Lima y San Marcos. Soy hermano de la congregación lasallana y entonces vivía en la comunidad de noviciado en Ñaña. Un día me citaron en la embajada china y el agregado cultural me pidió que enseñar en una universidad de su país. Mi provincial dijo que no necesitaba pedir permiso. De eso hace ya casi 26 años. Desde ese entonces, me he sumergido en el universo chino como en un océano y trato de no ahogarme.

Hasta ha sido actor de cine en China.
Cuando llegué a China se estaba filmando una película sobre la vida de una campeona de esgrima. El campeonato había sido en Madrid y hubiera resultado extraño que los madrileños fueran chinos, así que los productores fueron a la universidad a pedir ayuda a los profesores y los estudiantes extranjeros, y yo me ofrecí. Ahí comenzó mi carrera en el cine, he hecho casi 25 películas en China representando a personajes occidentales, como embajadores europeos.


La imagen que proyecta China es la de un país próspero. Sin embargo, se dice que el otro lado de la moneda lo constituye la violación sistemática los derechos humanos.
Uno no puede guiarse por la información que aparece en los periódicos, que puede estar manejada según ciertos intereses. Personalmente, no tengo conocimiento de ningún caso concreto sobre algo negativo en este tema. Ahora, tampoco me constan todas las bondades de las que hablan los chinos de sí mismos.

Pero es conocido el caso de un obispo apresado y se habla de persecuciones a la Iglesia Católica…
¿Cree que a un obispo lo meten a la cárcel por nada? La Iglesia Católica china se defiende de la intromisión de autoridades extranjeras. En China no quieren depender ideológicamente de instituciones extranjeras, porque pueden causarles problemas de desorden y ellos buscan tranquilidad para trabajar. Hace algunos años, por ejemplo, nació un movimiento religioso muy extraño que aglutinó muchísima gente. Resultó un problema social porque hacían manifestaciones pacíficas, pero multitudinarias, que causaban un gran desorden. En China es muy fácil encontrar millones de personas y este tipo de cosas hace que el gobierno chino tenga muchísimo cuidado con todo lo que le puede causar desorden social. Este movimiento tomaba formas tradicionales chinas y se oponía al gobierno. Es bastante ilustrativo que el creador de esta “nueva religión” vive en Estados Unidos, apoyado por el gobierno norteamericano.

¿Le parece entonces que la información es muy sesgada?
Siempre hay que dudar de la información que se da sobre China. Por ejemplo, es muy conocida la imagen de lo que sucedió en la Plaza Tiananmen, esa de un estudiante que se para frente a una fila de tanques. Pero no presentan la continuación de la imagen porque no les conviene. El estudiante se acerca, habla con el conductor del tanque y este le da a entender que el problema no es con los estudiantes.

¿Quiere decir que los medios mintieron sobre Tiananmen?
En una manifestación “de estudiantes” que duró seis semanas es imposible que no haya habido infiltraciones de algún enemigo político de China. Dos jesuitas norteamericanos me contaron que en la época de estos sucesos, ellos estuvieron en una reunión de billonarios taiwaneses y, en un momento, escucharon que estaban hablando de cómo mandar armas a Tiananmen. Allá había carpas en donde se daba comida y había entretenimiento, bailes, música y espectáculos. Les mandaban todo, ni siquiera habían tenido el cuidado de sacar las etiquetas de Made in Taiwán a las carpas.

¿Qué tan influida se ha visto la literatura china por las formas narrativas de occidente?
Hay un gran interés y una gran apertura. Sin embargo, esta apertura a la literatura contemporánea tiene relación especialmente con los contactos que ellos tienen. Recuerdo haber leído una encuesta en China sobre las principales obras literarias del mundo y entre las 20 obras más notables no aparece El Quijote.

Entonces, es imposible pensar que haya llegado literatura peruana.
No, yo he participado en la traducción de las novelas de Vargas Llosa y me consta que casi toda su obra está traducida al chino. En una ocasión salió un afiche en chino de los títulos traducidos y se lo mandé a Mario, le gustó saber que lo estaban leyendo en China.


Publicado en Punto.edu. Año 1, número 27.

Monday, October 24, 2005

Beatrice Avolio

“Nuestra prioridad es generar empresarios”

Centrum, el Centro de Negocios de la PUCP, acaba de ser considerado como la mejor escuela de negocios en el Perú y la octava mejor para ejecutivos latinoamericanos. A propósito de este reconocimiento conversamos con su directora académica, Beatrice Avolio, quien además nos habla de sus perspectivas sobre el mundo de los negocios.

¿A qué se deba el auge de las maestrías en Administración de Empresas o MBA?
Este no es un fenómeno peruano, sino más bien un tema mundial. La diferencia entre las distintas escuelas de negocios no se ve tanto en qué se enseña, sino en cómo se enseña. Es decir, las características de la universidad, los planes académicos, la excelencia de la facultad. En el caso de Centrum, creemos que parte de nuestro éxito está basado en un plan de estudios de vanguardia internacional, una excelente plana docente y una vinculación real entre los aspectos académicos y empresariales.

Muchos profesionales, no necesariamente egresados de Administración, se han interesado en estas maestrías.
La mayoría de los participantes de los programas de MBA en toda Latinoamérica son ingenieros en diferentes ramas. Además de administradores, también hay psicólogos, abogados, médicos, etc.

¿Por qué gente de especialidades tan diferentes se interesa en estas maestrías?
Independientemente de la carrera de procedencia, llevar estudios en una rama administrativa es el complemento ideal para que un profesional pueda gerenciar y administrar negocios. Ingenieros, abogados o médicos pueden conocer su ámbito de acción, pero tener un complemento administrativo les permite acceder a una posición gerencial, de dirección, o generar empresas.

El mundo de los negocios es bastante competitivo, ¿qué tan fiera es la competencia entre empresas que se dedican al mismo ramo?
El límite debe ser la ética. Hay casos escandalosos a raíz de la falta de ética en pequeñas, medianas y grandes corporaciones, que son muestra directa de la falta de ética en muchos sectores. Este es un tema que para nosotros resulta fundamental. La experiencia de aprendizaje no implica únicamente la adquisición de conocimientos y habilidades, sino un desarrollo de la ética empresarial.

¿Cuál es el perfil de un buen administrador en el medio peruano?
Más que un administrador o un gerente, nuestra prioridad es generar empresarios. Estos deben ser personas con habilidades en tres áreas. A nivel de conocimientos, deben estar al día, tener las últimas herramientas de gestión y conocimientos de vanguardia; deben saber no sólo de finanzas, marketing, operaciones o negociaciones, sino ser capaces de integrar una empresa completa y de entenderla en su estrategia total. En el segundo nivel, estas personas deben tener habilidades de liderazgo, capacidad para trabajar en equipo, habilidades para negociar con clientes internos, con clientes externos, con stakeholders y personas relacionadas; deben saber manejar conflictos, ser buenos comunicadores y transmitir los diferentes aspectos de la empresa. En cuanto a las actitudes, que es el tercer nivel, deben contar con una actitud de éxito, autodeterminación, autoconfianza, ética y compromiso.

Si bien son importantes la ética o el conocimiento sobre el mercado, también son importantes las relaciones…
Por supuesto. Uno de nuestros alumnos, en la revista Latin Trade, dijo que su maestría en Centrum le ayudó a establecer una red de contactos que le ayudó a encontrar una mejor posición con un sueldo mayor, después de que la empresa donde trabajaba lo dejara desempleado. Tenemos cerca de mil quinientos alumnos y egresados.
La red de contactos de la Asociación de Egresados y Graduados es un activo tremendamente valioso.

Centrum ha sido considerada la mejor escuela de negocios del Perú y una de las diez mejores de Latinoamérica...
Sí, de acuerdo al ranking elaborado en su edición de octubre por Latin Trade, que es una revista especializada en economía y negocios en América Latina con aproximadamente 350 mil lectores. Tiene ediciones en inglés, castellano y portugués, es una de las revistas especializadas más influyentes de la región.

¿Cuáles han sido los criterios considerados?
La evaluación se ha basado en tres factores: primero, la opinión de los propios alumnos a través de encuestas y entrevistas. El segundo punto de vista ha sido el de los reclutadores o empleadores. Y el tercero ha sido la información solicitada a las propias instituciones, es decir, que las escuelas de negocios expusieran sus diferentes programas, estrategias y las características de los MBA que ofrecen. Más de 40 facultades de diferentes escuelas trataron de clasificar, pero sólo 17 lo lograron.

¿Cuántas escuelas peruanas ingresaron a este ranking?
No sabemos cuántas postularon, pero Centrum es la única dentro de las 17 clasificadas. Centrum ofrece una gran alternativa para todas aquellas personas que buscaban seguir una maestría en otros países. En ese sentido, creo que hemos evitado la fuga de talentos.


Publicado en Punto.edu. Año 1, número 26.

Monday, October 17, 2005

Rosa María Palacios

"Los periodistas no colaboran con el Estado, lo vigilan"

Abogada y presentadora del programa Prensa Libre nos muestra su optimista perspectiva sobre el periodismo nacional.


¿Por qué dejó de lado el Derecho para ser periodista?
Jaime De Althaus me invitó a hacer un programa municipal y me encantó. Semanas después me llamó RPP y debía tomar una decisión. No puedes ser abogado y periodista a la vez, ya que esto genera un conflicto ético. Nunca voy a dejar de ser abogada, si un día decido dejar de ser periodista, tengo una profesión para ganarme la vida. Tomé la decisión de cambiar completamente de carrera y probar suerte en el periodismo a ver si me gustaba o no. Económicamente fue perjudicial, pero me ha dado muchas satisfacciones. Ya llevo seis años en esto.


¿Por qué hacer periodismo político?
Estudié Derecho en la PUCP, me especialicé en Derecho Constitucional e hice mi tesis en Derechos Humanos. Cuando regresé de hacer mi maestría en la Universidad de Austin, en Texas, me interesaba el sector público. Siempre el Estado ha sido mi campo de estudio y he atendido muchas consultorías sobre el sector público.


Muchos periodistas ejercen sin haber estudiado esta especialidad…
Cuando yo fui a la PUCP no existía la especialidad de Periodismo, pero ni siquiera lo hubiera considerado en ese momento. De repente ahora sí tenga que estudiarlo para obtener la maestría, pero no creo que sea imprescindible estudiar periodismo para ser periodista, con el perdón de todos los que están estudiando Periodismo.

¿Qué se necesita entonces?
Es imprescindible ir a la universidad y tener una carrera afín al campo de trabajo que vas a abordar. Por ejemplo, si no hubiera estudiado Derecho y me hubiera dedicado al periodismo político, probablemente hubiera tenido que aprender algo de Derecho. De otra manera, no tendría los elementos para entrevistar a las personas que entrevisto. Creo que la carrera de Derecho me ha servido para el tipo de periodismo que hago y otras cosas más en la vida. Sí creo que hay que estudiar Periodismo si tienes la oportunidad de hacerlo y si tienes una vocación clara y decidida. El problema es que mucha gente no tiene esa vocación.

¿Qué le falta al periodismo peruano para ser mejor?
Considero que el periodismo nacional goza de muy buena salud. Le sucede lo mismo que a muchas otras actividades en el país: falta de dinero. Creo que con los recursos que tenemos, producimos una oferta muy plural en prensa escrita, radio y televisión. Si tuviéramos muchos más recursos y pudiera tener un equipo de producción que durante un año me haga una nota de 20 minutos, sería el paraíso. Pero sólo tengo una reportera que debe hacer una nota diaria. Tenemos limitaciones de producción y aún así sacamos los programas adelante. Tiene mucho mérito la forma heroica en la que se hace periodismo en el Perú con muy pocos elementos.

¿Pero no considera que falta análisis en algunos temas?
Cómo puedes hacer análisis si tienes 46 minutos y un solo reportero para sacar un programa. Qué capacidad de análisis le puedes pedir al reportero. No puedes exigir profundidad. Una vez estuve en EE.UU. y visité un programa de entretenimiento que tenía treinta productores y cada uno contaba con diez personas a su cargo. Cada equipo hacía un programa al mes. Nosotros tenemos que discutir si mandamos a un reportero al Congreso o no, porque eso implica que deje de cubrir otras cosas. No es un problema de calidad de los periodistas peruanos.

¿Cuál debe ser el papel de la prensa frente a la población?
Brindamos un servicio de información. Damos elementos de juicio para que las personas analicen la situación y tomen sus propias decisiones. Tenemos que dar todos los puntos de vista de la manera más democrática y plural posible dentro de la señal abierta. Frente al Estado, lo que debo hacer es vigilarlo, observarlo, hacer notar las cosas que pasan desapercibidas, hacer que las personas reclamen sus derechos. El Estado no está allí para que colaboremos con él. Los periodistas no colaboran con el Estado, lo vigilan.

¿Actualmente, esta vigilancia le parece correcta, insuficiente o exagerada?
Eso depende de dónde estás parada. Estoy segura de que a los políticos les parece exagerada, debe haber sectores que considerarán que es insuficiente. Desde mi punto de vista creo, que hacemos lo que podemos con los medios que tenemos. Si pudiéramos hacer más, lo haríamos, dado que tenemos un excelente clima de competencia. Yo sé que si tengo algo y no lo pongo al aire, mi competencia lo va a hacer. La competencia es magnífica para el consumidor.


Publicado en Punto.edu. Aٌño 1, nْúmero 25.

Monday, October 10, 2005

Mario Montalbetti

“Hay gente que publica para vender en Wong y comprarse una casa”

Lingüista, poeta y director de la revista Hueso Húmero, Mario Montalbetti habló sobre los vaivenes de la poesía y la literatura peruana actual.

Usted es poeta, pero su trabajo está más ligado a la lingüística. Nunca ha dictado un taller de poesía, por ejemplo...

Ser lingüista me permite no ser un poeta profesional. En otras palabras, no tener que leer todo lo que sale pa­ra tener que opinar sobre todo lo que sale. No enseñarle a la gente por qué ciertos versos son mejores que otros. Poesía es algo que hago con mis amigos, discuto todo el tiempo so­bre poesía, pero no académicamen­te, no por necesidad, no por crédito. Es un lujo que me da la lingüística. Mi chamba es lingüística y lo otro lo hago porque me gusta, porque me parece importante.

¿Qué le parece la producción literaria ac­tual en el Perú?
La poética, muy buena. Nosotros hicimos una especie de recuento de parte de la poesía que había salido después del año 2000, hecha por gente muy joven, y es excelente, de primera calidad. En prosa no se pue­de decir lo mismo. No parece que haya algo tan interesante como lo que ocurre en poesía.

¿Y por qué este desarrollo en poesía?
La excelencia de la poesía peruana, entre otras cosas, se debe a que hay una gran clase media de poesía pe­ruana. En otras palabras, hay una gran clase media de gente que es­cribe bastante bien, no son genios ni son unos tacos, escriben muy bien. Esta especie de camita o de colchón, creo, permite que existan poetas que no solamente escriban bastante bien, sino que son realmente bue­nos. Ese fenómeno no es tan claro en el caso de la prosa. Creo que es nece­sario que mucha gente escriba para que aparezcan algunos que escriban excepcionalmente bien.

Pero ahora se publican muchas novelas y cuentos.
La gente publica demasiado. Cuan­do tienes un contrato editorial te obligan a escribir una novela. Nadie escribe una novela al año, Dickens y Dostoievski eran excepciones. Si tú vives de esto, estás contratado, eres un empleado de una editorial y de­pendes de ella. Si la editorial te dice que debes sacar un libro para la Fe­ria de Guadalajara, pues tienes que sacarlo sea bueno o malo, tu nombre tiene que estar y yo tengo que ven­derlo. ¿Que eso hipertrofia la pro­ducción y la calidad? Probablemen­te sí; no las determina, pero influye.

Se escribe mucho por encargo...
No lo sé. Pareciera que sí por la canti­dad de publicaciones que hay. Creo que algo comienza a diluirse cuan­do publicas excesivamente. Por ejemplo, uno de los mejores escrito­res de los últimos años es sin duda Mario Bellatín. Pero esa condensa­ción que había en las primeras novelitas
de Bellatín se comienza a diluir un poco. No es que sea malo, porque es un buen escritor, pero le falta el filo que tenía al comienzo.

¿No sucederá que los escritores se rigen ahora por lo que se supone que va a gustar?
Hay gente que publica y hay gente que escribe. Hay gente que publica para vender en Wong y comprarse una casa, amortizar un auto. Y hay gente que escribe porque tiene algo que decir. Entonces, si diferencias entre los escribidores y los publicadores, más o menos entiendes las motivaciones de cada uno. Haciendo la distinción nuevamente, creo que nadie escribe poemas para comprarse una casa.

Y dentro de esta perspectiva, si vende muchos ejemplares se considera un éxito...
Una buena novela puede vender mal y una mala novela puede vender bien, pero para eso existen ciertos expertos que te dicen cuál es buena y cuál es mala. Tampoco hay que decir que en literatura todo vale, ése es otro cuento que está relacionado con la hipertrofia del mercado. ¿Cómo es eso de que nadie te puede decir si un poema o una novela son buenas o malas? Sí puedes decirlo: hay novelas malas.

Últimamente ha habido una discusión sobre dos corrientes de escritores en pugna: los criollos y los andinos. ¿Qué opina de ello?
Literariamente no creo que sea muy interesante el debate, psicológicamente o sociológicamente quizá. Es tan difícil distinguir si alguien es criollo o andino, si es regio o chusco. ¿Qué importancia puede tener? Tal vez se estén saldando cuestiones de otro orden, que no tienen mucho que ver con la literatura. Hubo una incipiente polémica sobre poesía de la que yo participé por conversaciones
con Mirko Lauer, pero luego el debate desapareció. No es parte del debate en poesía, creo que porque hay una conciencia un poco mejor en poesía y porque no está hipertrofiada por el mercado.

Digamos que literariamente este debate no tiene mucho sentido...
Puede tener sentido para efectos de taxonomía, de clasificación, de ese tipo de cosas; puede tener sentido pancreático, pero no creo que lo tenga para el que escribe


Publicado en Punto.edu. Año 1, número 24.

Monday, October 03, 2005

François Vallaeys


“El embarazo no deseado es el mayor reproductor de la pobreza”

El filósofo y cuentacuentos habla sobre su reciente espectáculo Sólo con amor, si no, no; que presenta de viernes a lunes en Preludio hasta el 25 de octubre de 2005.

La narración oral es un arte muy antiguo...
Es otro arte escénico, anterior a la música, inclusive. Los relatos que contamos tienen miles de años, son cuentos populares que se han contado millones de veces en culturas diferentes por gente diferente. La historia, sin embargo, alcanza un nivel de universalidad por debajo de nuestras diferencias culturales. Este nivel me parece particularmente interesante porque soy filósofo y kantiano.

¿De qué trata Sólo con amor si no, no?
El hilo conductor es la historia la de una joven que sospecha que está encinta y para superar su angustia recuerda que su abuela le contaba cuentos. Ella le decía que para cada problema hay un cuento que puede ilustrar. Qué pasará después, no te lo voy a contar.

Es la segunda vez que presentas este espectáculo...
Sí, es una reposición, ya que creo que es mi mejor espectáculo en los últimos años. Toca un tema difícil y actual.

Este tema es bastante cotidiano y recurrente.
Es un tema muy cotidiano en el Perú. Está ligado a los tabúes que siguen existiendo en la sociedad. También está ligado, creo yo, a que las leyes no enfrentan la realidad social del Perú.

¿Cómo solucionarlo?
Debemos tener una buena información, planificación familiar, formación de los jóvenes y educación sexual. Y lograr una política concertada de los colegios, las universidades, el Estado y la sociedad civil para acabar con el drama del embarazo precoz. Este es el mayor reproductor de la pobreza, porque una joven que no tiene una pareja estable, ni recursos económicos y que espera un bebé, espera a un pobre, así de simple.

Muchas veces la falta de preparación genera problemas familiares...
Exactamente. Violencia familiar, abandono, pobreza, la joven no puede concluir sus estudios, sufre rechazo por parte de la familia. Entonces, la joven madre no tiene el apoyo psicológico, afectivo y científico que necesita. Cuando alguien nace no deseado, es posible que se vuelva una persona fértil e ilustrada pero es sumamente difícil. En el espectáculo yo elijo la salida de la esperanza y de la superación que es siempre la salida del cuento popular. Pulgarcito, por ejemplo, es el último de siete hermanos muy pobres, abandonados por sus papás y que, sin embargo, sale adelante con toda su familia. Es un cuento esperanzador, pero también es un cuento. En la realidad esto no suele suceder. Una meta política, social y educativa muy clara es lograr que todos los niños nazcan deseados. Cumpliendo con esto ya habríamos resuelto, si no todos, muchos de los problemas sociales.

¿Es el aborto una alternativa?
No debemos confundir el rechazo ético al aborto con una imposibilidad jurídica de practicarlo. Son dos temas muy diferentes. Creo que todo el mundo está de acuerdo con que éticamente el aborto no sea nunca un método anticonceptivo. ¿Pero significa que jurídicamente no debe ser permitido ni practicado en buenas condiciones en centros especializados? Esa es otra pregunta. Cuántas mujeres mueren cada año por abortos mal hechos en condiciones precarias, porque es clandestino.

Es una gran disyuntiva, porque de un lado está lo que consideramos ético y de otro lo que está pasando todos los días.
En todos los países donde el aborto es legal, se han reducido las tasas, así de simple. Entonces hay que ver las cosas de modo pragmático. Yo creo que en eso debemos avanzar en el discurso, debemos avanzar en la reflexión. Creo que la actual Ministra de Salud, Pilar Mazzetti, está avanzando en la dirección correcta con el tema anticonceptivo. El drama es que en el Perú, en pocos años podemos cambiar de la política Solari a la política Mazzetti. Eso debería terminar. Debemos modernizarnos de verdad, ponernos a la par con los países cuerdos y empezar una política de planificación familiar, prevención y salud social que sea siempre por el mismo rumbo, sea cual sea el ministro de turno.

Una política planeada y sostenible.
Claro.

¿De qué manera tu puesta en escena puede aportar a la discusión del tema?
Siempre los cuentos llevan consigo muchos mensajes. Siempre trato de tener una temática. Esta vez son los niños no deseados, el abandono y la violencia familiar. Yo sé que los cuentos son mucho más inteligentes que yo y no los puedo reducir a mi pequeña temática. Es decir no los utilizo como una herramienta de comunicación, sino como un fin en sí. De ellos brotan una serie de mensajes, reflexiones, emociones e imágenes para el público. Hay personas que se sienten muy concernidas, otras personas que ven más el aspecto humorístico. Cada uno lo ve según su propio entender y su propia situación personal.


Fotografía: Tatiana Guerrero