“El joven votante ha tenido un comportamiento distinto a otros procesos electorales”
Fernando Tuesta Soldevilla, director del Instituto de Opinión Pública de la PUCP.
¿Cómo ve usted al electorado en estas elecciones, en cuanto a su decisión de voto: está definido o ha dudado mucho, según los estudios del Instituto?
El electorado en esta oportunidad no se ha diferenciado mucho en relación a otras elecciones, pero sí obviamente hay algunas diferencias. El electorado peruano no conoce de lealtades partidarias ni de candidaturas y liderazgos. Es un electorado que ha tenido a lo largo de los años movimientos muchas veces voluminosos en términos de votos, ya sea Belaunde, Alan García, Fujimori, Toledo. No hay, salvo el APRA, en un porcentaje tampoco muy alto de estas llamadas lealtades. Esto hace que la movilidad del electorado sea alta, y esta elección no escapa de eso.
Los jóvenes representan un porcentaje importante del electorado. ¿Cuáles son las características y peculiaridades de este grupo?
Si tomamos a los jóvenes hasta los veinte años, representa aproximadamente al 18% del total. Algunos amplían esto hasta una edad mayor, pero digamos que abarca desde que ingresa a ser ciudadano con derecho a voto hasta más o menos cuando termina de estudiar e ingresa al campo laboral. Ese joven ha tenido un comportamiento distinto a otros procesos electorales. Por ejemplo, un gran porcentaje ha estado apoyando hasta ahora a Lourdes Flores -lo que no quiere decir que así termine el 9 de abril-. Generalmente era un elector, con posturas mucho más de izquierda. Ahora no. Ahora forma parte de lo que es la distribución del elector en general, en función de, por ejemplo, su acercamiento a la política. A los jóvenes –y en esto no se diferencian mucho del resto de electores, aunque ciertamente se da más en los jóvenes- no les interesa la política. La ven como un espacio de personas tradicionales, que manipulan; y de instituciones que no funcionan. Es un rechazo que los distancia de la política y de sus agrupaciones, de sus partidos.
¿Han variado mucho en su intención de voto?
No tanto. Siempre va a haber un sector que va a ir de un lado a otro, pero también es cierto que no se han hecho estudios como para entrar a una indagación más precisa.
El elector joven, ¿puede definir los resultados de las elecciones?
Yo creo que acá existe una suerte de ficción. Es difícil encontrar que un grupo -sean hombres, mujeres, jóvenes, adultos, de Lima, de determinada región- define una elección. En realidad, todos la definen, y no unos más que otros. No hemos visto con claridad que sea un grupo social o un elector a nivel espacial o territorial, que en proporción muy grande apoye a un candidato y que, efectivamente, ese apoyo tan grande logre catapultarlo como ganador en alguna elección. Entonces, por ejemplo, si uno distribuye la intención de voto de fines de febrero, a nivel nacional, uno encuentra a Lourdes Flores, Ollanta Humala, Alan García, Valentín Paniagua. Cuando uno ve, en el caso de mujeres, aparece Lourdes Flores un poquito más de apoyo. Si uno ve hombres, se estrechan las distancias. Si uno ve jóvenes, en el caso de Lourdes Flores, sube un poco. Si uno ve adultos de 30 a 40, Humala estrecha a Lourdes Flores. Si uno ve Lima, ahí también. Pero en todos más o menos hay esa distribución. Casi no existe que un grupo social o un grupo etáreo o territorial produzca un cambio totalmente distinto. Por lo tanto, todos deciden. Lo que pasa es que en una campaña electoral no existen discursos para todos, sino -como en cualquier campaña que no necesariamente sea electoral-, ahora hay técnicas como para acercarse con mayor precisión a distintos grupos.
¿Qué tanto influye la variación en las campañas políticas de los partidos en cuanto a la subida o bajada de ciertos candidatos?
Bueno, depende de qué entendamos por campaña. Si campaña es, sobre todo, este conjunto de actividades y eventos públicos, esencialmente comunicativos, depende. Obviamente, mientras más te expongas públicamente y mientras más los medios de comunicación acojan, más vas a ser conocido y la primera condición para que voten por ti es que te conozcan. Y si uno ve los 19 ahora candidatos, a algunos los conocen más que a otros, y casi más o menos hay una distribución también a quien más conoce, más vota. Pero no es una relación directa, porque hay nuevos que tienen mucha intención de voto, como Humala. Hay quienes están en la vida pública hace muchísimo tiempo, y tienen menor intención de voto. Es el caso, por ejemplo, del doctor Valentín Paniagua.
En la última encuesta que ustedes realizaron, Lourdes bajó ligeramente, Humala subió un poco y Alan subió bastante. ¿A qué se podría deber esto?
Bueno, esto ya son especulaciones porque, nuevamente, no se han hecho estudios más precisos. Mientras la campaña ingresa a sus etapas más competitivas, más intensas, y particularmente en este mes, hay algunas variables que empiezan a jugar. Por ejemplo: experiencias en campañas electorales importantes, y Alan García la tiene. El aparato partidario empieza a cobrar importancia. No es lo mismo, pues, tener un aparato partidario como el APRA, que conoce de campañas desde 1931, a tener un grupo entusiasta de amigos y de conocidos que tienen que aprender. El APRA ahora está sacando esa ventaja que al inicio no se veía. La publicidad de los spots llama la atención, y al APRA ha tenido la idea acertada de rejuvenecer al APRA, siendo el más antiguo lo han rejuvenecido, de darle mayor frescura, y sobre todo dinamismo. Eso es importante. Además, siempre ha sido un partido con mejor votación fuera de Lima, siempre. El caso de Lourdes Flores, si uno promedia las encuestas, ve que sube de diciembre a enero mucho, que es el momento donde también se estanca Ollanta Humala. Es probable que muchos sectores, ante el temor del crecimiento de Humala, fueron a dar su intención de voto a Lourdes Flores, y que luego que esto ya pareció como un riesgo menor, quizá haya regresado a sus iniciales lugares de intención de voto. Porque si uno ve comparativamente la intención de voto presidencial y parlamentario, la base que hay que medir es el parlamentario, ahí está el voto más de adhesión política, partidaria, en fin. Y quienes tienen mayor intención de voto presidencial son Lourdes Flores, Ollanta Humala y, en menor medida, Alan García. De dónde reciben este plus de votos: de todos los medianos y chicos, que abandonan a sus candidatos presidenciales para darles voto. Y en segundo lugar, es cierto que van cogiendo de indecisos o de aquellos que quizá pensaban votar nulo o blanco, que es un sector de competencia.
¿Cómo ve usted al electorado en estas elecciones, en cuanto a su decisión de voto: está definido o ha dudado mucho, según los estudios del Instituto?
El electorado en esta oportunidad no se ha diferenciado mucho en relación a otras elecciones, pero sí obviamente hay algunas diferencias. El electorado peruano no conoce de lealtades partidarias ni de candidaturas y liderazgos. Es un electorado que ha tenido a lo largo de los años movimientos muchas veces voluminosos en términos de votos, ya sea Belaunde, Alan García, Fujimori, Toledo. No hay, salvo el APRA, en un porcentaje tampoco muy alto de estas llamadas lealtades. Esto hace que la movilidad del electorado sea alta, y esta elección no escapa de eso.
Los jóvenes representan un porcentaje importante del electorado. ¿Cuáles son las características y peculiaridades de este grupo?
Si tomamos a los jóvenes hasta los veinte años, representa aproximadamente al 18% del total. Algunos amplían esto hasta una edad mayor, pero digamos que abarca desde que ingresa a ser ciudadano con derecho a voto hasta más o menos cuando termina de estudiar e ingresa al campo laboral. Ese joven ha tenido un comportamiento distinto a otros procesos electorales. Por ejemplo, un gran porcentaje ha estado apoyando hasta ahora a Lourdes Flores -lo que no quiere decir que así termine el 9 de abril-. Generalmente era un elector, con posturas mucho más de izquierda. Ahora no. Ahora forma parte de lo que es la distribución del elector en general, en función de, por ejemplo, su acercamiento a la política. A los jóvenes –y en esto no se diferencian mucho del resto de electores, aunque ciertamente se da más en los jóvenes- no les interesa la política. La ven como un espacio de personas tradicionales, que manipulan; y de instituciones que no funcionan. Es un rechazo que los distancia de la política y de sus agrupaciones, de sus partidos.
¿Han variado mucho en su intención de voto?
No tanto. Siempre va a haber un sector que va a ir de un lado a otro, pero también es cierto que no se han hecho estudios como para entrar a una indagación más precisa.
El elector joven, ¿puede definir los resultados de las elecciones?
Yo creo que acá existe una suerte de ficción. Es difícil encontrar que un grupo -sean hombres, mujeres, jóvenes, adultos, de Lima, de determinada región- define una elección. En realidad, todos la definen, y no unos más que otros. No hemos visto con claridad que sea un grupo social o un elector a nivel espacial o territorial, que en proporción muy grande apoye a un candidato y que, efectivamente, ese apoyo tan grande logre catapultarlo como ganador en alguna elección. Entonces, por ejemplo, si uno distribuye la intención de voto de fines de febrero, a nivel nacional, uno encuentra a Lourdes Flores, Ollanta Humala, Alan García, Valentín Paniagua. Cuando uno ve, en el caso de mujeres, aparece Lourdes Flores un poquito más de apoyo. Si uno ve hombres, se estrechan las distancias. Si uno ve jóvenes, en el caso de Lourdes Flores, sube un poco. Si uno ve adultos de 30 a 40, Humala estrecha a Lourdes Flores. Si uno ve Lima, ahí también. Pero en todos más o menos hay esa distribución. Casi no existe que un grupo social o un grupo etáreo o territorial produzca un cambio totalmente distinto. Por lo tanto, todos deciden. Lo que pasa es que en una campaña electoral no existen discursos para todos, sino -como en cualquier campaña que no necesariamente sea electoral-, ahora hay técnicas como para acercarse con mayor precisión a distintos grupos.
¿Qué tanto influye la variación en las campañas políticas de los partidos en cuanto a la subida o bajada de ciertos candidatos?
Bueno, depende de qué entendamos por campaña. Si campaña es, sobre todo, este conjunto de actividades y eventos públicos, esencialmente comunicativos, depende. Obviamente, mientras más te expongas públicamente y mientras más los medios de comunicación acojan, más vas a ser conocido y la primera condición para que voten por ti es que te conozcan. Y si uno ve los 19 ahora candidatos, a algunos los conocen más que a otros, y casi más o menos hay una distribución también a quien más conoce, más vota. Pero no es una relación directa, porque hay nuevos que tienen mucha intención de voto, como Humala. Hay quienes están en la vida pública hace muchísimo tiempo, y tienen menor intención de voto. Es el caso, por ejemplo, del doctor Valentín Paniagua.
En la última encuesta que ustedes realizaron, Lourdes bajó ligeramente, Humala subió un poco y Alan subió bastante. ¿A qué se podría deber esto?
Bueno, esto ya son especulaciones porque, nuevamente, no se han hecho estudios más precisos. Mientras la campaña ingresa a sus etapas más competitivas, más intensas, y particularmente en este mes, hay algunas variables que empiezan a jugar. Por ejemplo: experiencias en campañas electorales importantes, y Alan García la tiene. El aparato partidario empieza a cobrar importancia. No es lo mismo, pues, tener un aparato partidario como el APRA, que conoce de campañas desde 1931, a tener un grupo entusiasta de amigos y de conocidos que tienen que aprender. El APRA ahora está sacando esa ventaja que al inicio no se veía. La publicidad de los spots llama la atención, y al APRA ha tenido la idea acertada de rejuvenecer al APRA, siendo el más antiguo lo han rejuvenecido, de darle mayor frescura, y sobre todo dinamismo. Eso es importante. Además, siempre ha sido un partido con mejor votación fuera de Lima, siempre. El caso de Lourdes Flores, si uno promedia las encuestas, ve que sube de diciembre a enero mucho, que es el momento donde también se estanca Ollanta Humala. Es probable que muchos sectores, ante el temor del crecimiento de Humala, fueron a dar su intención de voto a Lourdes Flores, y que luego que esto ya pareció como un riesgo menor, quizá haya regresado a sus iniciales lugares de intención de voto. Porque si uno ve comparativamente la intención de voto presidencial y parlamentario, la base que hay que medir es el parlamentario, ahí está el voto más de adhesión política, partidaria, en fin. Y quienes tienen mayor intención de voto presidencial son Lourdes Flores, Ollanta Humala y, en menor medida, Alan García. De dónde reciben este plus de votos: de todos los medianos y chicos, que abandonan a sus candidatos presidenciales para darles voto. Y en segundo lugar, es cierto que van cogiendo de indecisos o de aquellos que quizá pensaban votar nulo o blanco, que es un sector de competencia.
Publicado en Punto.edu
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