“Hay gente que publica para vender en Wong y comprarse una casa”
Lingüista, poeta y director de la revista Hueso Húmero, Mario Montalbetti habló sobre los vaivenes de la poesía y la literatura peruana actual.
Usted es poeta, pero su trabajo está más ligado a la lingüística. Nunca ha dictado un taller de poesía, por ejemplo...
Ser lingüista me permite no ser un poeta profesional. En otras palabras, no tener que leer todo lo que sale para tener que opinar sobre todo lo que sale. No enseñarle a la gente por qué ciertos versos son mejores que otros. Poesía es algo que hago con mis amigos, discuto todo el tiempo sobre poesía, pero no académicamente, no por necesidad, no por crédito. Es un lujo que me da la lingüística. Mi chamba es lingüística y lo otro lo hago porque me gusta, porque me parece importante.
¿Qué le parece la producción literaria actual en el Perú?
La poética, muy buena. Nosotros hicimos una especie de recuento de parte de la poesía que había salido después del año 2000, hecha por gente muy joven, y es excelente, de primera calidad. En prosa no se puede decir lo mismo. No parece que haya algo tan interesante como lo que ocurre en poesía.
¿Y por qué este desarrollo en poesía?
La excelencia de la poesía peruana, entre otras cosas, se debe a que hay una gran clase media de poesía peruana. En otras palabras, hay una gran clase media de gente que escribe bastante bien, no son genios ni son unos tacos, escriben muy bien. Esta especie de camita o de colchón, creo, permite que existan poetas que no solamente escriban bastante bien, sino que son realmente buenos. Ese fenómeno no es tan claro en el caso de la prosa. Creo que es necesario que mucha gente escriba para que aparezcan algunos que escriban excepcionalmente bien.
Pero ahora se publican muchas novelas y cuentos.
La gente publica demasiado. Cuando tienes un contrato editorial te obligan a escribir una novela. Nadie escribe una novela al año, Dickens y Dostoievski eran excepciones. Si tú vives de esto, estás contratado, eres un empleado de una editorial y dependes de ella. Si la editorial te dice que debes sacar un libro para la Feria de Guadalajara, pues tienes que sacarlo sea bueno o malo, tu nombre tiene que estar y yo tengo que venderlo. ¿Que eso hipertrofia la producción y la calidad? Probablemente sí; no las determina, pero influye.
Se escribe mucho por encargo...
No lo sé. Pareciera que sí por la cantidad de publicaciones que hay. Creo que algo comienza a diluirse cuando publicas excesivamente. Por ejemplo, uno de los mejores escritores de los últimos años es sin duda Mario Bellatín. Pero esa condensación que había en las primeras novelitas
de Bellatín se comienza a diluir un poco. No es que sea malo, porque es un buen escritor, pero le falta el filo que tenía al comienzo.
¿No sucederá que los escritores se rigen ahora por lo que se supone que va a gustar?
Hay gente que publica y hay gente que escribe. Hay gente que publica para vender en Wong y comprarse una casa, amortizar un auto. Y hay gente que escribe porque tiene algo que decir. Entonces, si diferencias entre los escribidores y los publicadores, más o menos entiendes las motivaciones de cada uno. Haciendo la distinción nuevamente, creo que nadie escribe poemas para comprarse una casa.
Y dentro de esta perspectiva, si vende muchos ejemplares se considera un éxito...
Una buena novela puede vender mal y una mala novela puede vender bien, pero para eso existen ciertos expertos que te dicen cuál es buena y cuál es mala. Tampoco hay que decir que en literatura todo vale, ése es otro cuento que está relacionado con la hipertrofia del mercado. ¿Cómo es eso de que nadie te puede decir si un poema o una novela son buenas o malas? Sí puedes decirlo: hay novelas malas.
Últimamente ha habido una discusión sobre dos corrientes de escritores en pugna: los criollos y los andinos. ¿Qué opina de ello?
Literariamente no creo que sea muy interesante el debate, psicológicamente o sociológicamente quizá. Es tan difícil distinguir si alguien es criollo o andino, si es regio o chusco. ¿Qué importancia puede tener? Tal vez se estén saldando cuestiones de otro orden, que no tienen mucho que ver con la literatura. Hubo una incipiente polémica sobre poesía de la que yo participé por conversaciones
con Mirko Lauer, pero luego el debate desapareció. No es parte del debate en poesía, creo que porque hay una conciencia un poco mejor en poesía y porque no está hipertrofiada por el mercado.
Digamos que literariamente este debate no tiene mucho sentido...
Puede tener sentido para efectos de taxonomía, de clasificación, de ese tipo de cosas; puede tener sentido pancreático, pero no creo que lo tenga para el que escribe
Publicado en Punto.edu. Año 1, número 24.
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