“Muchos países sacrificarían democracia y libertad por seguridad y bienestar”
Salomón Lerner, filósofo y abogado. Director del Instituto de Democracia y Derechos Humanos (Ideh PUCP) nos habla sobre su labor en defensa de los Derechos Humanos y sus perspectivas sobre el tema.
¿Cómo comienza su trabajo sobre los Derechos Humanos?
Desde que empiezo mi labor como docente. La Filosofía no está desvinculada de la persona humana y su dignidad. Ese compromiso si bien no era lejano, era más bien teórico. Hay un momento en mi vida en que se encarna en acciones concretas, cuando me designan presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).
¿Antes de la CVR, pensó que las violaciones a los Derechos Humanos habían sido tan graves?
Nadie que vivía en Lima pensaba eso porque estábamos anestesiados. Es motivo de vergüenza nacional y escándalo que haya habido 70 mil muertos y no nos hayamos dado cuenta.
Una de las críticas al trabajo de la CVR fue el supuesto sesgo a favor de los terroristas.
Ese es el problema de ni siquiera leer el resumen del Informe Final. Nuestra primera conclusión es que el gran violador de los Derechos Humanos es Sendero Luminoso. Cómo se puede decir que nosotros estamos blanqueando a los senderistas. Hay que ser tonto o tener mala fe.
¿Se deben defender los Derechos Humanos de quienes los vulneraron?
Claro porque si no, se carece de argumentos y de legitimidad para defender los Derechos Humanos de los otros. Eso es lo que no se entiende. Si uno no dice que maten y torturen a Abimael Guzmán, uno termina siendo senderista. Ese es un argumento falaz. No se puede defender los Derechos Humanos de ciertas personas y no de otras. Una cosa es justicia y otra es venganza.
¿Por qué es necesario un Instituto de Democracia y Derechos Humanos?
Una universidad como esta no puede permanecer ajena a este tema. No se puede limitar a enseñar cursos. Debe hacer algo que no existe en el Perú, una unidad académica que se dedique a estos estudios.
¿Cree que ambos conceptos están ligados?
Desde la perspectiva de la Democracia, esta arranca su legitimidad en tanto reconoce y protege los Derechos Humanos. Desde los Derechos Humanos es parte esencial el reconocimiento de mi libertad y de mi participación en la vida social.
Para muchas personas Democracia y Derechos Humanos puede sonar bien para un país desarrollado y no en un país pauperizado como el nuestro.
Es la coartada de todos los dictadores. El razonamiento es que si los derechos y valores no me dan seguridad ni comida, entonces no sirven. El estudio que ha hecho el PNUD sobre democracia y gobernabilidad en América Latina, arroja que en muchos países están dispuestos a sacrificar democracia y libertad por seguridad y bienestar.
Difícil elección
Creo que es un mal negocio, porque la democracia y la libertad no tienen por qué estar ligadas con el hambre y la inseguridad. La Democracia es un día a día donde uno puede ayudar a que el gobierno marche bien y cumpla sus metas.
¿Qué perspectivas tenemos ante la crisis de partidos?
La democracia vive a través de los partidos políticos. Cuando estos le fallan a la gente viene la tesis que esgrimieron Velasco y Fujimori de que los partidos no sirven. Aparentemente hay que darles razón porque parece que es una cúpula que usa el poder para abusar de él y no se dan cuenta de que le hacen el juego a los tiranos. Mientras ellos mismos deberían ser democráticos.
¿Nos falta mucho para ser un país igualitario?
Son pocas las sociedades donde se ha llegado a eso. EEUU se ha desarrollado, pero maltrata a ciertas minorías. Fox ha dicho que allá los mexicanos son tratados peor que los negros. Quizá en los países nórdicos se haya llegado a una equidad. Aquí estamos lejos. Tenemos que luchar contra eso. Desde un punto de vista utilitario, si queremos hablar de desarrollo y de un país mejor, no podemos ni siquiera imaginarlo, menos concebirlo si queremos hablar de una vida digna para los peruanos.
Publicado en Punto.edu. Año 1, número 13
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